Historia y antecedentes del oficio de francotirador.

Los francotiradores además de ser los soldados más temidos en cualquier teatro de operaciones gozan hoy día de un cenit en su desarrollo y número de efectivos. Esto sin duda es así debido a lo quirúrgico de sus acciones y a que actualmente son uno de los sistemas de combate más eficientes si tenemos en cuenta el gasto/enemigo abatido.
Todos los combatientes tiemblan solo de pensar que pueden ser abatidos por un soldado contrario sin poder defenderse. Apostados desde enormes distancias, los francotiradores hacen que cualquier paso sea inseguro siendo su principal misión reducir la capacidad de lucha del oponente causando bajas selectivas e infligiendo el terror psicológico en las fuerzas enemigas, hecho que restringe drásticamente su capacidad operativa. ¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cuales son los antecedentes y la historia del oficio de francotirador?
Antecedentes de los francotiradores

De este término, acuñado por aquellos hombres que se jugaban la vida cada día en las posesiones españolas de África, también proceden expresiones como paquear, paqueo, contrapaqueo, etc.
Hecha esta primera aclaración sobre los “pacos” debemos reseñar que fue un armero británico quien en el año 1640, acopló por primera vez una mira telescópica a un fusil aunque nunca llegó a imaginarse la importancia que tendría su idea en las guerras del futuro. Durante mucho tiempo se consideró una mera curiosidad sin utilidad práctica pero con el tiempo, las mejoras técnicas y gracias a las miras telescópicas, los francotiradores llegarán a disparar desde tan lejos que sus víctimas caen al suelo sin tan siquiera oír el ruido del disparo.
Ya entrada la segunda mitad del siglo XIX, debido al estudio sistemático de la efectividad del armamento ligero por parte del ejército prusiano, surge la ciencia de la mosquetería. A partir de entonces la mosquetería o fusilería, que estudia el tiro con armas ligeras en condiciones de combate, será la ciencia sobre la que se asientan los pilares de estos combatientes.
Pero no se crean que eso de realizar impactos certeros a grandes distancias fue idea de los prusianos. Podemos rastrear sus antecedentes en casi todas las guerras en las que se produjeron combates a distancia. Incluso mucho antes de que se inventaran las armas de fuego podemos destacar uno de los precedentes más antiguos que casualmente está recogido en el Romancero Medieval Español.
En estos poemas se relata que hacia el año 1434, el jefe del poderoso Ejército Castellano se acercó a la muralla de la ciudad sitiada de Álora con la intención de que se rindiera. En un acto imprudente se quitó la babera de la celada y los defensores aprovecharon para dispararle una certera flecha en la boca que lo mató en el acto. Con su muerte los castellanos levantaron el asedio y Álora, que apenas contaba con un centenar de defensores, pudo salvarse. Un solo hombre frenaba de esta manera a todo un ejército.
La aparición del francotirador “moderno”, es decir, disparando armas de fuego y utilizando procedimientos más o menos actuales, se remonta siglo y medio atrás; En 1867 durante la Primera Guerra Angloafgana, un puñado de francotiradores afganos fueron capaces de detener el avance de las columnas británicas utilizando fusiles artesanales conocidos como “jezailes”. Es entonces cuando las distintas potencias empiezan a darse cuenta de lo valioso que es contar entre sus filas con estos soldados que actúan como multiplicadores del combate.
Los “jezailes” tenían cañones muy largos e incluso algunos tenían el ánima rayada. La estría, combinada con la gran longitud del cañón, hizo que fueran armas muy precisas para su tiempo.
Grupo de guerrilleros Afridi fotografiados con sus jezailes.
A principios del S.XX podemos situar algunas reseñas “patrias” más recientes, como cuando el Tte. Coronel Valenzuela, siendo Capitán, acertó a un enemigo en la cabeza a 1500 metros durante la Guerra de África. El mismo relataría aquella hazaña que si bien no decidió ninguna batalla, sin duda quedará en los anales de la historia del Ejercito Español:
“En una de las agresiones de los moros a las posiciones de Lavadero donde nos encontrábamos, vi a uno que hacía fuego a 1500 metros de distancia. Pedí un fusil, afiné bien la puntería y le metí un tiro en la cabeza. Todo esto no demuestra mi valor por qué yo me encontraba a kilómetro y medio de los moros, lo único que demuestra es mi buena puntería”
El fusil Mauser 1893 junto con su magnífico cartucho 7×57 fue el arma protagonista de aquella proeza que tuvo lugar el 25 de agosto de 1909.
Soldado rifeño utilizando su camello como parapeto mientras hostiga a las fuerzas españolas.
Realmente fue durante la I Guerra Mundial cuando se demostró el verdadero potencial de los francotiradores. Ocultos desde sus posiciones o deslizándose por tierra de nadie disparaban a cualquier enemigo que se dejara ver por encima de las trincheras.
Durante esta contienda, el ejército del Kaiser utilizó diferentes fusiles dotados de mira telescópica. Sin embargo, a los reglamentarios Gewer-98, habrían de sumarse multitud de rifles de caza con visor que fueron requisados a los cazadores por la premura de su empleo y las necesidades de la guerra.
Rifle Mauser GEW 98 de francotirador utilizado en la WWI
El Capitán Casajus, observador español en el frente en esa época, describe la actuación de los francotiradores de la siguiente manera: “Algunos de los tiradores disparan con mira telescópica para asegurar sus presas. Es un refinamiento del “paqueo” que da buenos resultados. Así ocurre que, las trincheras vistas desde el frente enemigo durante el día no ofrecen señales de vida, no obstante están cuajadas de hombres”
Es durante la WWII cuando surgen las primeras escuelas y planes de instrucción específica para francotiradores.
A lo largo del transcurso de la II Guerra Mundial, la especialización de los fusiles y la mejora de las técnicas, dieron lugar a un enorme auge de los francotiradores llegando a ser decisivos en batallas tan destacadas como Montecasino o Stalingrado.
Además de estas dos batallas hubo otras muchas acciones donde los francotiradores decantaron la balanza hacia uno u otro lado, es el caso de la Batalla de Dieppe en la que tiradores alemanes sembraron el caos entre las tropas aliadas disparando contra los radio-operadores y artificieros, lo que impidió a los carros de combate avanzar a través de las playas sembradas de obstáculos y minas.
En 1942, Churchill dispuso una incursión en Dieppe con el propósito de probar técnicas anfibias y evaluar las posibilidades de un eventual desembarco Aliado en el continente. El resultado fue el mayor fracaso británico en Europa gracias en gran parte a los francotiradores alemanes.
En esta misma contienda pero en el frente oriental y ante el avance alemán, Rusia tuvo que replegarse sobre su propio terreno, improvisando binomios de francotiradores que hostigaban al ejército germano intentando ralentizar su marcha sobre Moscú.
Durante estos enfrentamientos, los soviéticos emplearon el Mosin Nagant como fusil “sniper”. Era el arma reglamentaria de su infantería pero equipado con un visor óptico. Fue la herramienta utilizada por Vasili Zaitsev, cazador siberiano condecorado como “Heroe de la Unión Soviética” y al que se le atribuyen 400 bajas alemanas. En el año 2001 se plasmo su vida en la película “Enemigo a las Puertas”.
Mosin Nagant sniper
Por supuesto en el Pacífico los francotiradores también tuvieron un papel relevante en algunas batallas. Concretamente en el atolón de Kwajalein unos pocos francotiradores japoneses pararon a una compañía estadounidense entera, solo el apoyo bombarderos americanos B-24 de y treinta y seis mil proyectiles lanzados por la artillería que arrasaron completamente la isla, permitió a los americanos avanzar.
A partir de entonces, estos combatientes estarían presentes en todos las guerras con la diferencia de fue durante este conflicto bélico cuando surgen las primeras escuelas y planes de instrucción específica para francotiradores ya que nunca antes ningún soldado había sido entrenado como francotirador y su destreza provenía de actividades como la caza o el tiro deportivo incluso como se ha mencionado anteriormente, en muchas ocasiones empleaban sus propios rifles de caza, armas que les hacían sentirse seguros a la hora de realizar disparos certeros.
La polémica
En la década de los 90, debido a la Guerra en los Balcanes, el término “francotirador” empezó a utilizarse de modo despectivo para calificar a los soldados que aterrorizaban a civiles. Durante el sitio de Sarajevo, el Bulevar “Mese Selimovica”, una céntrica avenida de la ciudad conocida como la Avenida de los Francotiradores, fue el lugar elegido por estos asesinos para campar a sus anchas. En unos pocos metros de asfalto fueron tiroteados cientos de personas inocentes.
Esta es la razón por la que algunos jefes militares prefieren denominar “tirador de precisión” al francotirador. Si le quieren llamar de esa manera, que lo hagan, pero a mí me gusta más llamarle como se he hecho toda la vida ya que los asesinatos de civiles inocentes nada tienen que ver con estos combatientes. Precisamente gracias a ellos y a su precisión se evitan daños colaterales y los efectos balísticos que producen los calibres de fusilería disparados indiscriminadamente.
Avenida de los Francotiradores en diciembre de 1995.
Antes de finalizar este texto me gustaría marcar la diferencia de concepto que representa el término francotirador frente al de “tirador selecto” ya que a veces se usa indistintamente de manera errónea produciendo confusión en numerosas ocasiones
Estas dos definiciones nada tienen que ver la una con la otra, un tirador selecto es un soldado con el mismo armamento que sus compañeros con la única salvedad de utilizar un fusil de asalto con un poco más de alcance y una mira telescópica pero que combate encuadrado en su unidad teniendo escasa iniciativa. Los francotiradores por el contrario actúan al acecho y de forma selectiva como si fuesen cazadores haciendo fuego preciso sobre el adversario desde largas distancias. Para ello no solo tienen que tener una excelente puntería sino también una condición física y una fortaleza psicológica superior a la del resto de los soldados.
Actualmente con la reducción de efectivos que están experimentando los ejércitos modernos donde prima la calidad sobre la cantidad, la figura del combatiente individual cobra un nuevo auge y debido a que los francotiradores actúan como multiplicadores en todas las situaciones bélicas, su número no deja de aumentar.
Texto Diego Casais
Fuente: Stokarmas.com

Mantenimiento web
$1.00